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Digital Transformation Insights

  • Foto del escritorCarlos J. Vila Vergara

Me encanta que los planes salgan bien




En mi anterior artículo te comentaba varios tipos de empresas que se beneficiaban especialmente del uso de la Inteligencia artificial y la puesta en valor de sus datos. Pero para incrementar sus ventas a lo bestia. Y por una inversión ridícula frente al beneficio que obtienen. Vamos, que el proyecto entero se pagaba de sobra en una semana o incluso en un día.


Tal cual.


Vamos, que estaban de dulce el día que pidieron ayuda a alguien que supiera algo del tema ese de los datos y los algoritmos esos que salen por la tele. Que no solo sirven para que votemos a quien algún presidente extranjero quiera (sin ánimo de señalar) o para robarnos nuestros valiosos datos, como dicen en el telediario (y no sin razón, asumo). También valen para ganar dinero.


Increíble.


Me acuerdo por ejemplo de una empresa inmobiliaria que vende por internet, (del nombre no estoy autorizado a acordarme, soy una tumba y proyecto que acabo, cliente del que me olvido oye). Desde entendían su negocio y las claves para vender en su portal, esto es innegable. Lo malo es que no encontraban la forma de resolver su punto de dolor: el proceso de venta era el habitual en este mercado, que consiste en que un futuro comprador (o no, un internauta que sólo viene a ver casitas a ver lo monas que las tienen, que cuando me toque la primitiva…) se pasea por tus pisos y chalés buscando uno que le llame, normalmente varios días y varios pisos, que la construcción está cara y no hay que hacer las cosas a lo loco. Sensato. Por fin, decide que quiere ver la casa de sus suelos y te deja sus datos de contacto (ya coges tú de la navegación qué casa quiere). A partir de ahí, junto con otros 1.500 o 2.000 compañeros compradores pasa a un listado a partir del cual los agentes (personas) le llaman y quedan para ver el pisito.


Problema y punto de dolor, y vaya si duele: no más de seis o siete de esas 1500 personas que quieren ver la casa acaban comprándola, el resto o la ve y no le gusta, le parece cara o, peor, le gusta ver casas, otros van al futbol y esto es gratis. Y para arreglarlo más, esos seis o siete SEGURO que han hecho lo mismo en los portales de tu competencia. Son gente que quiere comprar, no lo olvidemos. Por experiencia del sector, el primero que le llama y queda con él se queda con la venta y la comisión correspondiente. Pero, tengo que llamar a 1500 personas, que me cojan el teléfono, llamar al dueño, fijar la cita, volver a llamar al presunto cliente,… Salvo que tenga una suerte loca, lo más probable es que cuando consiga contactar con él otro con más suerte se me haya adelantado. O no.


Estaban jugando a la ruleta (rusa) con su negocio. Como todos los competidores, seguro. ¿Seguro? ¿Y si alguno encuentra una forma de identificar a los mirlos blancos? Oye, y ¿Cuánto más vendería si el que lo hiciera fuera yo? Leñe, cumpliría objetivos con la gorra. El nirvana.


Ya, pero eso no se puede hacer. Oye que he visto en un documental de la 2 que hay gente que usa una cosa que se llaman algoritmos o logaritmos o yo qué sé que son capaces de adivinar cosas. Oye, por preguntar…


Y preguntaron. Les implantamos un modelo de deep Learning (perdón, perdón por el palabro) bastante sencillito, vamos que no era el algoritmo de Siri ni nada, que era capaz a partir de los datos de navegación que ya tenían de su web, los datos del cliente y algunos datos geodemográficos junto con su historial de ventas predecir con una precisión del 99% quienes no iban a comprar de ninguna manera. Por precio, por habitaciones, por metros, por la zona, porque sólo quieren echar la tarde, por lo que sea. Tampoco importaba en este caso. Y con eso, MILAGRO, en lugar de tener que llamar al tuntún a 1.500 tíos varias veces me tengo que centrar en 80 – 100. Ahora estás pensando, oye esto no era una cosa fabulosa, y me dices que no le limitas la lista a 7 como es tu obligación de Data Scientist. Pues no, porque no tenían datos suficientes para poder alcanzar esa precisión sin tener que empeñar las joyas de la abuela y esperar un año. Con saber que los siete estaban entre 80 y no entre 1500 les daba una ventaja enorme como se demostró en la primera semana.

Sus ventas subieron ¡un 25%!. Eso es una pasta. Qué digo, un pastón. Piensa en lo que cuesta una casa…


Vamos, que el primer día de uso de la herramienta, se pagó 10 veces el coste que tuvo para ellos el modelo de inteligencia artificial, que total fueron 15 días de trabajo y pruebas. De una sola persona. Vamos, que mientras no se lo hubieran pedido a Bill Gates en persona, el coste no era para echar a correr. Y en este caso, desde luego no lo fue.

Quizá tú no tengas ningún punto de dolor, y todo esto te sirva para echar unas risas a costa de la desgracia ajena, o te aburra soberanamente. En ese caso, no me cabrearé porque no sigas este blog. O si pese a todo quieres seguir por aquí, yo encantado, que no me molesta nada ni me cuesta un euro.


Si por el contrario sí que sientes que algo te duele por ahí y que esto de la Inteligencia Artificial igual puede ayudar, o no que hay cosas que no hay manera, contacta con nosotros.

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